lunes, 14 de enero de 2008

Encerrado en el talego


Pocas veces he contado mi capacidad para controlar algunos sueños, cuando por ejemplo estoy soñando una pesadilla y mi conciente se da cuenta de ello, dentro del mismo sueño decido si quiero continuar (para sentir adrenalina) o debo despertar. Si decido despertar poco a poco me concentro y empiezo a contar hasta tres: 1, 2, 3 y de repente abro los ojos. Inmediatamente después me vuelvo a quedar dormido pero si continuo con el mismo sueño, esta vez al despertar procuro no dormirme inmediatamente.

Anoche por ejemplo empecé a soñar que me habían dictado 2 años de cárcel (la causa fue una tontería que no recuerdo), durante el proceso de acercarse el momento de ir a prisión pasé por varias etapas. Al principio me gustaba la idea de saber que se siente estar en el talego por un tiempo, empecé a planear que con el tiempo que tendría ahí podría leer a autores que hasta ahora he querido pero que no me he dado tiempo como a Nietzsche, Freud, Marques de Sade, entre otros, era el lugar ideal para darme la tranquilidad que necesitaba. Pero, conforme avanzó el proceso de despedirme de las personas que quiero y de ir acompañado por policías hasta mi encierro me empezó a entrar pánico hasta convertirse en pesadilla. Me desperté un par de veces pero me dormía porque me invadía la curiosidad de seguir el proceso hasta que no pude más y desperté.

Me acuerdo de todo perfectamente, si algún racional quiere encontrar la explicación científica de todo esto, sólo le puedo decir que ayer por la tarde leía un reportaje que sacó la revista dominical del ABC acerca de Ingrid Betancourt, su secuestro con las FARC y una entrevista con sus hijos.