Aún me invade en la mente (de manera constante) la catarsis que viví en Huatulco, México. Antes de ir a México decidí con mi familia que nos iríamos a la playa para disfrutarnos más en familia y alejarnos de cualquier distractor que nos impidiera estar juntos. Estando allí y con los cambios de temperatura, mi hermana enfermó (principios de neumonía), la experiencia pasada que terminaba en semanas de hospital nos dio la seguridad que esto era algo serio. Estando en el cuarto de hotel, unos minutos después de que logramos que le bajara la temperatura me salí a la playa a caminar y fue cuando sucedió la catarsis. Me puse a pensar que en México mi familia me necesita, o al menos yo necesito estar con ellos en esos momentos (y en otros más), pero a la vez siento que en esta etapa de mi vida no es México el lugar donde quiero estar, en Madrid poco a poco empecé a construir a mi otra familia y así personas que sin pensarlo se empezaron a convertir en seres por los que daría mucho por ellos. Entonces me encontré en un limbo de tierra de nadie en donde la respuesta de donde era mejor estar se nubló y aún no me queda claro…