Ayer por la tarde en la estación de Avenida América Línea 6:
“Buenas tardes señores pasajeros, soy una más de aquellos que se suben para pedirles una moneda, para que más que la verdad, no les quiero contar mi historia porque ya es bastante triste, perdón por la molestia que les pueda generar, he decidido tocarles una canción, no soy la mejor del mundo, me declaro totalmente honesta, pero lo que si es que haré lo mejor posible de mí”
Canción: El himno al alegría en harmónica. Cuando se acercaba a donde yo me encontraba me percate que no venía sola, venía con una persona parecida a ella y con el mismo look desaliñado sin verse vagabunda. Se pusieron justo a lado de mí y su plática fue la siguiente:
-Que no, que ya no quiero que te subas a pedir conmigo, no es lo mismo, ve cuanto dinero nos dieron, debes de buscarte la vida.
-No mi amor, yo quiero que estemos juntas, ten el dinero (le decía mientras le acariciaba la cara)
-(a punto de llorar) Joder, escúchame, a mi la gente ya me conoce de toda la vida, conoce mi música, me conoce vamos, además si estás conmigo tenemos que dividir el dinero y no nos va a alcanzar ni para un cuarto, ¿eso quieres? ¿Qué terminemos durmiendo entre cartones?
En eso llegué a mi destino y me tenía que bajar, quise seguirme para terminar de escuchar la conversación pero el tiempo que siempre nos tiene marcando el paso en las grandes ciudades no lo permitió o no me lo permití.
miércoles, 17 de octubre de 2007
Formas de pedir
Publicado por jorge a. en 11:18