viernes, 16 de noviembre de 2007

Ya que todos ponen las (sus) cosas claras

Cuando le dije a mi ex jefe que me iba de la compañía para venir a hacer un Master a España me apoyó incondicionalmente puesto que el había hecho el suyo por acá, me dijo que lo mejor de la experiencia es ver las cosas desde afuera, todo aquello en lo que estoy inmerso lo empiezo a ver desde otro ángulo y es el momento en que toma otro valor diferente.

De que he cambiado, si, lo he hecho, sigo leyendo el periódico y me sigo enojando, pero esta vez las causas pueden cambiar un poco, por ejemplo, me empieza a encabronar que algunos columnistas de izquierda y que luchan por una justicia social, aquellos que hablan de la pobreza y en contra de las “putas empresas explotadoras” sean aquellos que tienen a sus hijos en las escuelas más caras de México (junto con los hijos de políticos de izquierda) y aspiren a que sus “niños” trabajen en las empresas que retóricamente tanto odian.

¿De verdad Hugo Chávez es el salvador de América Latina? ¿Cuándo dice que no necesita de las empresas, de verdad lo cree o es mero discurso? ¿De verdad el Rey de España es un hijo de la chingada y tiene en la mente aún la conquista?
Aclaro que no he dejado atrás mis convicciones de injusticia y no me he dejado arrastrar por el sistema que busca sólo la explotación. Así mismo a mí la monarquía es algo que me vale madres, pero me molestan los dobles discursos, la puta hipocresía. No digo que yo no sea un hipócrita, tal vez esa sea la razón por la que me molesta tanto.