lunes, 21 de mayo de 2007

El reto de las camisas

Cuando sale el tema de mi llegada a Madrid, lo recuerdo con la emoción de aquella pasta que me preparé para comer, era tan mala que me la comí por hambre. Esa pasta te va a hablar un día, me decían mis compañeros de piso. Ahora, 8 meses después, vuelvo a sentir la misma sensación pero por planchar una camisa para el trabajo. Te tengo que enseñar a planchar camisas antes de que te vayas, decía mi madre.
Como me gustaría en este momento tener a mis padres a un lado, uno hablándome de política y ella preguntándome que quiero de cenar, mientras las camisas, ahí están, mágicamente planchadas. Como una camisa viene a fastidiarme el día, cuando toda esta semana he estado extrañando tanto a mi familia, creo que aprender a planchar es parte del reto y del crecimiento de estar aquí. Lo que ahora realmente quiero, es un abrazo de ellos, uno sólo…