miércoles, 2 de mayo de 2007

Con dedicación


Desde que estaba en México sin saber que me esperaba, una persona que sin conocerme me había ofrecido casa en Madrid mientras yo encontraba piso, ofreció llevarme a conocer la Universidad para que mi primer día no me perdiera, sabía que una chica excepcional estaba en la puerta, y así lo fue.
Sé que es duro hablar de despedidas, es verdad que uno cumple ciclos en los lugares (inclusive así lo sentí yo al venir a otro país) y ahora llegó el tiempo de sufrir la primer partida de una integrante de mi familia Madrileña. Al final uno hace clic con las personas, y ambos lo saben, posiblemente eso sea el indicio de que la amistad esté más consolidada que nunca, posiblemente es el indicio, que esto, es sólo el principio.

Y aunque en mi primer día de clase me perdí por los pasillos y llegué tarde, pues nunca fuimos a conocer, Moni este post va dedicado a ti.