Cerca de las 11:30 de la noche intentaba dormir puesto que hoy me levantaba temprano. De repente en el cubo del edificio empecé a escuchar la charla de un grupo de amigos en un alto volumen. Supuse que eran los del cuarto piso pues ahí siempre pasan personas y personas, desde unos franceses que conocimos al llegar a vivir ahí, hasta alguna italiana que una tarde de verano dio su mejor opera orgásmica (A mi pobre Carmen le tocó escuchar todo el concierto de placer). Esta vez eran unos mexicanos (los delato el “guey” agregado a cada frase).
El ruido era cada vez más insoportable y yo sin conciliar el sueño. Empecé a escuchar discretos “sshhhh” que no lograban callarlo. Seguramente tuvo que haber sido algún viejito que se aferra a vivir en tranquilidad en el barrio de Salamanca. Un barrio que alguna vez fue el “elite” de Madrid y que ahora no quedan más que nostalgias aferradas a uno que otro que aún dice “yo soy del barrio de salamanca”.
Cuando su ruido era lo suficiente para no dejar dormir a nadie se oyó una estridente voz femenina gritando –Shut up, son of a bitch…ok, no problem but shut up.
En ese mismo momento se hizo un silencio fantasmal, no sé si los viejitos habrán comprendido el significado de aquellas palabras, pero quizás querrán usar la misma formula la próxima vez. Me quedé profundamente dormido.
miércoles, 13 de febrero de 2008
Aquí no hay quien viva
Publicado por jorge a. en 12:10