Me encuentro en mi habitación después de un domingo muy conmigo, escuchando algunas canciones que colaboran para terminar el domingo tranquilo y empezar bien la semana. Puras manías mías, de esas que según tienen los viejitos pero que yo ya he empezado por acoger.
No me gusta el facebook y el msn lo evito cada vez mas, no me apetece la misma conversación de siempre: Que tal Madrid, el clima que tal. Como aquel que se aferra a seguir viviendo en dos momentos a la par pero con el tiempo en contra.
He meditado las palabras de una chica Argentina que me dijo que cuando regresas a tu tierra después de mucho tiempo ausente te das cuenta que el tiempo no se detuvo y que ya no encajas ahí y al final se toma la decisión de aferrarse y volverse a incorporar o regresar a la vida que elegiste emprender. Ella lo comprendió en el aeropuerto de Buenos Aires sentada en un café después de muchas horas de vuelo. Tenía que buscar la forma de llegar (a casa) pues su padre estaba trabajando, su madre no podía dejar su curso de pintura y sus hermanos tenían otras cosas que hacer.
Me pregunto cual es el precio que tendré que pagar yo.
domingo, 27 de enero de 2008
Dos tiempos, una decisión
Publicado por jorge a. en 21:40