No me gusta pensar mucho en el futuro ni en los proyectos de vida, creo que nunca hice caso a aquellos profesores que me obligaban en una hora a decir “yo quiero llegar a ser gerente de…”, me parece que la vida es más emocionante que el alcanzar una meta tan mediocre como esa, hay muchos caminos que nos esperan y que no sabemos como vienen, y lo más difícil, si debemos aceptarlos o no.
En los últimos días he pensado que por lo pronto, quiero quedarme un año más en España, para ello me he planteado dos opciones: a) un contrato laboral y b) empezar un doctorado. Aún no tengo claro que sucederá pero antes de empezar a agobiarme por ello recibí una llamada inesperada de mi coordinadora del gimnasio ofreciéndome quedarme en su plantilla, aún es una posibilidad, aún no sé las condiciones, pero ya me empiezo a cuestionar cosas: ¿Me conviene mejor un doctorado? ¿Qué problemas me resuelve un contrato laboral? ¿Quiero abandonar un rato mi línea profesional para dedicarme a otra cosa que tenía por diversión y que se puede convertir en algo profesional?
Empiezan las interrogantes, no me agobian, pero sé que me esperan momentos de decisión, decisiones en las que cuando esos profesores me pedían que decidiera a donde quería llegar, posiblemente no hubiera imaginado.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Decisiones y agobios
Publicado por jorge a. en 10:39