Ayer comprando un oso de peluche en el Corte Inglés como regalo de despedida a Gera que termina su etapa en Madrid:
Vendedora: - Que curioso, es la tercera vez que me toca envolver un oso de peluche esta tarde, debe ser el destino.
- O puede ser una señal, respondí.
- Bueno es lo que toca.
Una vez que lo empezó a envolver me apresuré a decir: - No lo apriete mucho porque se puede asfixiar. (Intento de broma)
- Que curioso, las tres personas me han dicho lo mismo, respondió.
Creo que me tengo que empezar a cuestionar mi falta de originalidad.
jueves, 22 de noviembre de 2007
Falta de originalidad
Publicado por jorge a. en 9:26