Recuerdo un capitulo de Sex and the City en donde Carrie se da cuenta de lo mucho que extraña a Berger cuando no pudo hablarle para contarle que un señor en la corte había sacado un coco para comer. A mí me está pasando exactamente lo mismo, y no se trata exactamente de una relación de amor, me está invadiendo la tristeza ahora que empiezo la semana y Emilio ya no está, se regresó a México, es ahí donde caes en la cuenta del valor de la amistad. Toda mi estancia en Madrid siempre hemos pasado cualquier tipo de cosas juntos, desde ir de ligue hasta irnos a África juntos, nos hablábamos para contar cualquier tipo de estupideces, se fue convirtiendo en mi hermano en una ciudad donde mi familia vive a un mar de distancia.
Ayer, en donde como siempre me trataba de hacer el fuerte lo abracé y sabía que una etapa estaba terminando, me aguanté las lágrimas pero cuando pasó migración no pude más y me solté a llorar, hace mucho no me invadía ese sentimiento de soledad (el cual se prolongó toda la tarde). Al caminar por el aeropuerto de regreso a casa recibí una llamada, la última en Madrid diciéndome: ¿Sabes porque tarde tanto en pasar? Porque un guey llevaba en su bolsa shampoo y jabón, que pendejo. Solo me reí, sin duda era él. Colgamos y seguí mi camino a casa, ya sin él.
PS. Este Post, el número 100 se lo dedico a mi bro. En la foto Romain, Ale, Millo y yo en el retiro tomando el sol.
lunes, 16 de julio de 2007
Post 100 y el coconut
Publicado por jorge a. en 7:03