Desde que estaba en México sin saber que me esperaba, una persona que sin conocerme me había ofrecido casa en Madrid mientras yo encontraba piso, ofreció llevarme a conocer la Universidad para que mi primer día no me perdiera, sabía que una chica excepcional estaba en la puerta, y así lo fue.
Sé que es duro hablar de despedidas, es verdad que uno cumple ciclos en los lugares (inclusive así lo sentí yo al venir a otro país) y ahora llegó el tiempo de sufrir la primer partida de una integrante de mi familia Madrileña. Al final uno hace clic con las personas, y ambos lo saben, posiblemente eso sea el indicio de que la amistad esté más consolidada que nunca, posiblemente es el indicio, que esto, es sólo el principio.
Y aunque en mi primer día de clase me perdí por los pasillos y llegué tarde, pues nunca fuimos a conocer, Moni este post va dedicado a ti.
miércoles, 2 de mayo de 2007
Con dedicación
Publicado por jorge a. en 9:21