El metro en Cuzco se había retrazado más de 20 minutos, la estación se empezaba a llenar cada vez más y la cara de desesperación de las personas empezaba a surgir. Yo no tenía nada que me hiciera correr como todos los días, ya estoy de vacaciones en el master, ya había terminado de dar mis clases, así que sin prisa me dedique a observar.
Cuando el metro llegó, un cúmulo de gente se abarrotaba para poder entrar.
-No vamos a poder salir en la próxima estación, y todo es culpa de los negros, a ver si ya se regresan a su puñetero país.
¿Los negros? Me preguntaba, ¿pero ellos que tienen que ver?
-Si, contesto su marido, pero eso no va a acabar hasta las elecciones.
-Haber si el Zapatero ese un día se sube al metro a ver si sigue de gilipollas…
domingo, 1 de abril de 2007
Historias de metro
Publicado por jorge a. en 13:09